RELATO 1
Ángel. J Becerra
Juárez
Es increíble como tu vida puede
cambiar tan drásticamente por algo tan simple, como lo son unos mensajes de texto; Incluso para mí que
soy el único testigo directo de lo que ha sucedido, me sigue
pareciendo increíble.
Hace ya más de una semana que no
se nada acerca de mí mismo, lo último que supe fue por medio de un periódico, que no ha vuelto a ser entregado; En
él se presentaba una noticia en primera plana que llevaba por título “La
cruzado de un suicida” y de la cual, yo era el protagonista. El reportero
encargado de ella mencionaba de manera
muy descriptiva, la escena que había presenciado el forense; Se trataba del
cuerpo de un joven de 17 años de edad, llamado Eliot, que decidido acabar con su
vida, la noche de un miércoles, haciendo uso de una escopeta de casería ; Y
solo para aumentar el morbo del lector, al costado derecho de la nota se
encontraba una foto a blanco y negro del cadáver; Esa era mi habitación, esos
eran mis tenis favoritos y ese era definitivamente mi cerebro embarrado en la
pared…ese era yo. Pero no podía ser cierto, yo no estaba muerto, aun respiro,
aun siento el calor de Irene a mi lado y
como ya es obvio aun puedo escribir esto.
No sé por
dónde comenzar, pero tratare de hacerlo
de manera que les sea más fácil a
ustedes comprender lo que ha sucedido, de lo que ha sido para mí.
Todo comenzó una tarde en el colegio, me encontraba en mi
pupitre sentado esperando a que las clases terminaran, y al igual que la
mayoría de los demás alumnos no prestaba atención al profesor ya que era muy fácil perderse en el tiempo observando a Érica y
su particular forma de cruzar las piernas, pero un sonido proveniente de mi
bolsillo me trajo de vuelta, al salón de
clases, era un mensaje de un contacto desconocido. No era más que un simple y
amistoso “Hola“, lo conteste por
cortesía, sin esperar una respuesta más compleja. El desconocido siguió
respondiendo toda la tarde, y yo lo secundaba a falta de algo mejor que hacer,
la conversación fue tan larga que para el final de ese día el desconocido dejo
de serlo.
Su nombre era Irene, tenía tan solo 15 años, vivía en una zona
rural al sur del país, en un pueblo llamado San Miguel Arcángel; era hija
única, y prácticamente vivía sola ya que sus padres se las pasaban viajando la
mayor parte del año; A pesar de su edad
era muy madura, incluso más que yo, pero también era muy divertida.
Al siguiente día, casi
inmediatamente después de despertar recibí un mensaje de Irene, que decía “Es
hora de levantarse y vivir holgazán”, esto me saco una pequeña sonrisa, cosa
que no experimentaba desde hace mucho
tiempo, así que le conteste “Estoy más
despierto y vivo de lo que tú crees”,
este fue el inicio de una conversación que duraría todo el día
Ese día conocí más a fondo, a la
misteriosa Irene; al parecer teníamos muchas más cosas en común de las que pensaba. Ese día también conocí el aspecto de mi nueva cyberamiga
atreves de una foto; era delgada de tez blanca, ojos negros, labios delgados y
con una pequeña cicatriz en la mejilla derecha, era hermosa.
Con forme pasaron los meses,
Irene se volvió más que una amiga, se convirtió en una confidente hasta el
punto que no podía tomar una decisión
sin consultarla; extrañamente la amaba sin ni siquiera conocerla en persona.
En repetidas ocasiones Irene me
contaba acerca de su estilo de vida; Su casa era una choza antigua de madera,
que se encontraba en lo alto de una colina, para ella era el paraíso ya que no
asistía al colegio pasaba los días enteros leyendo recostada debajo de un árbol,
sin preocuparse por nada, era una vida que envidiar.
Entre más pasaba el tiempo más la
quería, y no soportaba el hecho de no estar a su lado; siempre le prometía que un día huiría de mi hogar para pasar el resto
de mi vida con ella, pero estas siempre fueron solo promesas. Pero una noche
después de un miércoles terrible, repetí las mismas promesas de todos los días
a Irene, pero esta vez eran más serias
que nunca, “Abandonare todo por ti, no
quiero seguir viviendo si no es a tu lado”, ese era el mensaje, al cual Irene
contesto fríamente “¿Estás seguro de lo que deseas?”, No dude mi respuesta y
conteste “Nunca estuve tan seguro”; En ese instante después de enviar aquel
último mensaje, la pantalla de mi celular se tornó color rojo y comenzó e
emitir un estridente sonido que destrozaba los oídos, intente pararlo pero no
se detenía, el sonido iba en aumento, y mis oídos no lo soportaban más, así que en un intento por que parara, lance
el celular contra el piso, pero aun
emitía aquel sonido; La pantalla del celular se
estrelló al igual que el resto de cristales en mi habitación, debido
aquel sonido, después de unos segundo de agonía auditiva el celular paro de
emitir aquel incesante ruido, me acerque
a él y pude observar que las grietas de la pantalla emanaba un líquido viscoso
color negro, con olor a sangre coagulada, entre en pánico y corrí hacia la
puerta para salir de habitación pero no pude, la manija se había atorado,
intente gritar pero el horrible olor no me permitía exhalar lo suficiente;
Estaba aterrado y cada segundo que pasaba la habitación se inundaba más de
aquel líquido mal oliente, que ya me cubría
hasta los tobillos. Después de un par de minutos el líquido seso y del
comenzó a emerger una silueta humana, era una mujer completamente desnudada y
empapada de aquel líquido; Se dirigió hacia mí me tomo de los hombros y susurro “Es hora de vivir, holgazán”, fu
entonces cuando me di cuenta de quién
era aquella mujer, era Irene. Después de un pequeño e incómodo silencio, no se
me ocurrió otra cosa más que decir “Hola”, ella sonrió y sin soltar mis codos,
se acercó a mi rostro y me dio un beso cargado de pasión que recorrió todo mi
cuerpo.
Desde entonces he estado en
aquella cabaña en la sima de la colina, y he pasado mis tardes con Irene debajo
de aquel árbol.
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